lunes, 16 de abril de 2012

Corte difusión del disco

Después de mucho tiempo de trabajo, con  orgullo presentamos un adelanto de DESTRUYAN A LOS ROBOTS. Este tema está disponible para descarga gratuita.


Licencia de Creative Commons
Ahora es tarde by Destruyan a los robots is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 2.5 Argentina License.

martes, 10 de abril de 2012

4to ensayo y ya tiene fecha el corte difusión.

Ensayo con un invitado sorpresa, pronto habrá noticias sobre eso...
El sábado se termina el mastering del disco. Esto quiere decir que el Lunes 16/4 vamos a lanzar el primer corte, disponible para todos en internet!! Mientras tanto, el cd estará siendo replicado en fábricas operadas por robots. Atentos!!!

sábado, 7 de abril de 2012

Los robots y los niños

Hace unos días hablé sobre la representación infantil de los robots. A las pruebas me remito. Estos son dibujos de niños de 1er y 2do grado, hechos después de escuchar una versión adaptada por Tanko de la canción "Destruyan a los robots".

Modelo masculino, femenino y mascota robot. Notable el sistema monocíclico en uno de ellos.

Robots coloridos, el de arriba tiene piernas con  tres articulaciones, el de abajo tres  patas con ruedas.

Probablemente se trate de alguna celebración robot, o de una manifestación por los derechos de los robots.

Robots de diseño simplísimo, de función específica.

Robot mujer.

Robot cariñoso.

Amor Robot.

Robot con sistema monocíclico de locomición.

Robot armado hasta los dientes.

Robots con vestido. Uno de ellos parece tener pelo de corazones.

lunes, 2 de abril de 2012

Después del 3er ensayo

La metodología da resultado. En cada ensayo se incorpora un tema y se repasan los anteriores. En este ensayo, largo por el feriado, metimos "golpe de estado", un tema dificilísimo, pero que ya logramos encaminar.
Ya de por sí era rápido y cambiante, requiere de mucha precisión tocarlo, después de la grabación no es que se haya complicado mucho con las voces, pero sí requiere de mayor precisión. Además, tiene tres solos de guitarra, un despilfarro. Para temas como este creo que la banda tendría que tener un guitarrista más. ¿Alguien se ofrece?

En el intermedio tomamos café, comimos nueces y empezamos a pensar en el orden de los temas en el disco, mientras Miguel sigue mezclando y masterizando desde Capital Federal. Hicimos dos listas tentativas siguiendo diferentes criterios. En la foto se ven las listas escritas en una servilleta.

En la foto de la derecha se ve a Fernando con la batería de práctica que tiene en la sala de ensayo; en la casa tiene una gretsch buenísima.
En la foto de abajo estoy yo, se ve un calco de destruyan a los robots y la pedalera boss que me viene acompañando desde 1998. No es muy buena, pero nunca falló, y eso que pasó por situaciones de riesgos, incluyendo diez conciertos en la arena con posterior condensación de humedad de la tardecita en la playa.

martes, 27 de marzo de 2012

Después del 2do ensayo.

Muy buen segundo ensayo. Incorporamos "Batalla naval", que es un tema mucho más fácil que "Gaucho". De todas formas, este último tema salió también mucho mejor. Esto me hace acordar a un profesor de guitarra que tuve hace años que me decía que la práctica y el ejercicio recién se notan al día siguiente porque el cerebro construye las redes neuronales durante el sueño. No se si será verdad eso, pero ahora sale mucho más preciso.

Finalmente decidimos simplificar un poco las armonías. Nos vamos a concentrar en emular la potencia del disco y no tanto la complejidad en lo vocal.
Recuerdo perfectamente que mientras grababa las voces sabía que iba a ser una complicación en el futuro, pero no me calentó. Yo soy de los que piensa que el disco es una obra de arte en sí y debe hacerse en libertad. Bueno, ahora llegó el momento de las complicaciones, pero con el mismo criterio tampoco me siento obligado a tocar lo mismo que en el disco.


Si bien fue un lunes a las 18hs y estábamos muy cansados, hubo espacio para la distensión y la improvisación: Winds of Change, de Scorpions - silbido incluido - mientras ojeábamos con Tanko un libro con partituras de canciones de Lennon.
Aquí algunas fotos del ensayo sacadas por Fer.

Y un video mientras ensayamos las voces de gaucho.
.

sábado, 24 de marzo de 2012

Historia de la canción "Destruyan a los robots"

Primero fue la canción.
Invierno de 2010. En esos días mi hija Helena me había dicho que los robots comían tuercas y bebían aceite. Ahí me di cuenta de que hay un sentido común, o una representación común sobre los robots que se transmite generacionalmente, que forma parte de la cultura. Pensé eso porque lo que me decía Helena me resultaba totalmente familiar y comprensible, una representación que yo también había tenido desde chico. Me pregunté por cuáles medios se transmitía esa representación. La respuesta era muy fácil, por los medios de comunicación; pero en realidad me preguntaba a través de qué revistas, dibujos animados y películas particulares lo podría haber visto yo.

Pensaba aquello mientras caminaba por la calle y recordé un juego de commodore 64 que jugaba con mi hermano Fernando (baterista de Destruyan a los robots) cuando eramos muy chicos. Se trataba del Impossible Mission, un juego para Commodore 64 que consistía en recorrer distintos pisos en un ascensor para reconstruir un rompezcabezas. Uno podía morir de dos maneras: ser electrocutado y desintegrado por robots (tipo R2D2) o caer en un pozo, en cuyo caso el personaje emitía un alarido tan particular y gracioso que con Fernando lo reproducíamos cada vez que nos golpeábamos o caíamos.
Pero sin duda lo mejor del juego -y lo que se conecta con este post- era el comienzo. El juego arrancaba con el personaje en el ascensor y una voz en off, en calidad de 8 bits, que decía algo indescifrable (porque estaba en 8 bits), que con el tiempo averigué era "Destroy him, my robots!".

Durante esa caminata junté todos esos elementos y empecé a tararear "destroy him my robots, destroy him my robots". 15 cuadras después ya tenía las dos primeras estrofas y el estribillo grabadas en el celular.
"Destroy him my robots" se había convertido en "Destruyan a los robots".

Sabía que tenía algo bueno entre manos pero no estaba seguro de si en la banda se lo iban a tomar en serio. En la guitarra criolla, como se lo mostré a Fernando, parecía una canción de Manu Chao. Todo el tema era Am - G - F - G. Fernando se cagó de risa pero le pareció algo interesante. Después la pasamos a formato rockero y le hicimos una reforma armónica: el bajo iba a ser siempre en A. Ahora todos sabíamos que teníamos algo bueno entre manos pero todavía no terminaba de funcionar. Había algo raro en la armonía, algo que iba en contra de la dirección natural del tema. Fernando dio con la solución: "muchos acordes, tiene que tener uno solo".
Entonces la canción pasó a tener un sólo acorde.
Lo pensamos como un tema antipop. Monocorde, con una batería a contramano de lo habitual, con un redoblante en negras, con una letra que no se entiende bien si es en joda o no.
Esa es la historia de la canción. Todavía la tocaba una banda que no se llamaba Destruyan a los robots

jueves, 22 de marzo de 2012

¿Cómo grabamos el disco?


Uno puede creer que grabar un disco es disponer los micrófonos, poner REC y tocar. Pero el hecho de estar grabando - estimo - es apenas un 5 % del tiempo que precisa grabar un disco. Hay tantas decisiones previas a grabar, tantas cuestiones entre las grabaciones y tantas otras después de grabar que justifican y hacen necesaria la existencia del productor. En este primer disco de Destruyan a los robots me puse en ese rol.
En principio tuve que tomar una decisión fundamental: si se iba a tratar de un disco con cierta unidad o una colección de canciones. Elegí la primera y ciertamente la más difícil opción. Todas las canciones tendrían el mismo sonido, la misma estructura instrumental, el mismo sonido de batería, de bajo y de guitarra. Por supuesto que esta homogeneidad sonora sería un horizonte, cada tema tiene su particularidad y a ella había que atender. Pero la idea era que cada tema pudiese ser reconocido como perteneciente a este disco y a ningún otro.
Otra parámetro que definió la particularidad del disco fue que no me vería limitado por ningún factor que pudiera estar a mi alcance controlar. En efecto, la calidad de los equipos de grabación y la capacidad técnica y creativa fueron, indudablemente, limitantes relativamente dados. Pero no son estas limitaciones a las que me refiero. Más bien me comprometí a no ser afectado por el cansancio, ni el tiempo. Lo único que importaría sería la toma que me dejara conforme, el sonido que estaba buscando. Probaría cualquier sugerencia o cualquier idea y no descartaría nada sin antes haberlo grabado y probado. Así grabé horas de guitarras, invertí tardes enteras en quizá unos pocos compases, abandonando la grabación cuando estaba cansado y sentía que ya no tenía sentido seguir en esas condiciones, para retomar al otro día, más fresco. Grababa ideas en el celular cuando estaba fuera de casa o las anotaba en una libreta. Hice grabar muchas variantes de bajo y batería y después pasaría horas editando y probando las mejores combinaciones. Fernando y Tanko entendieron perfectamente la idea de la mecánica de la grabación y , con mucha confianza, se comportaron en ocasiones como verdaderos sesionistas de los temas que ellos mismos habían arreglado meses atrás en la sala de ensayo.
Nunca nada estaba cerrado, haber terminado de grabar las baterías no implicaba no poder sobregrabar si surgía alguna buena idea. Lo importante era lo que quedara mejor.
De esta manera, gran parte del disco fue compuesto durante la grabación.

La etapa de grabación de voces fue la más divertida. Me junté con la banda para terminar de cerrar algunas ideas sobre las letras. Estuve una semana en la playa componiendo arreglos de voces. Para inspirarme escuché durante al menos dos meses exclusivamente a los Beach Boys. Me olvidé de que las canciones tenían instrumentos y me dediqué a las voces como si se tratará de un disco coral. Aunque no se note, las voces solas podrían ser publicadas como canciones. Es más, en algún momento postearemos algunos de esos arreglos en este sitio.
Creo que pudimos concretar un objetivo que tenía en mente desde hace años: producir un disco sutilmente rico. Que en una primera escucha pueda apreciarse simplicidad pero que con una escucha atenta puedan apreciarse más cosas.
Como verán, mi compromiso con el disco fue total. Pasé por etapas en que pensé que no lo terminaría jamás, o más bien que no era técnicamente capaz de producir lo que sonaba en mi cabeza. A más de un año de iniciada la grabación sentí la necesidad intempestiva de terminarlo y de seguir con otra cosa; el disco ya era un peso sobre mi espaldas y no tanto un proyecto disfrutable.
Al intentar mezclarlo me dí cuenta de que, además de haberme metido en camisa de once varas, ya no tenía objetividad musical. Por algo el músico no es el productor, y por algo el productor no mezcla el disco. Podía estar mezclando el disco y querer grabar una guitarra nueva, o modificar un verso de la letra. La idea de no tener límites se había vuelto tóxica, contraproducente.
Ahí decidimos entregar el disco a nuestro amigo y experto ingeniero de sonido, Miguel Canel, para que lo mezcle y lo masterice. En eso estamos ahora. Él me envía versiones por mail y yo le respondo.
(En unos días le voy a dedicar un post a Miguel y a la figura del masterizador).

En un momento pensé que este disco debía ser mi techo, que esto debía ser lo mejor que yo pudiese hacer. Ese pensamiento convirtió a la grabación en una empresa necesariamente imposible y, por ende, frustrante.
Por suerte cambié de opinión. Este disco es, sin duda, lo mejor que hemos hecho junto a Fernando y Tanko. Pero el próximo disco de Destruyan a los robots va a ser mejor.